miércoles, 1 de abril de 2015

Ciclo sin fin

Tenemos tanto dolor, que ni siquiera nos damos cuenta que cada partícula de nuestro cuerpo está deseosa de amar. Cada átomo, cada electrón.
Pero el amor se nos reduce a un beso, a una caricia, a un par de palabras.
Se supone que el amor va más allá, te avisa palpante que está ahí, demanda ser sentido.
Pero todo habitante de la humanidad sabe con certeza que el amor y el dolor van tomados de la mano. No hay uno sin el otro. 
¡Es un ciclo sin fin!


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