sábado, 28 de marzo de 2015

No me quería

Su mano.
Sí, su mano.
Amaba tomar su mano en esos fríos días de invierno.
Siempre creí que entrelazar nuestros dedos era el acto más puro de amor.
Quizá porque me trasmitía su calidez, su afecto, e incluso su estado anímico.
Pero a medida que pasaba el tiempo, su mano estaba cada vez más frívola
Casi a la fuerza, casi por obligación
Y entonces, caí en la cuenta de que él no me quería
que todo fue una mentira disfrazada de un cuento de hadas
Y que yo no era Cenicienta, y él no era mi príncipe azul
y que al fin y al cabo
él no me quería.
No me quería.  

Mentiras

Podrías convertir una existencia irracional como la mía en un sueño utópico con tan solo una bolsa de mentiras.

jueves, 26 de marzo de 2015

Te estuve esperando

Te estuve esperando.
Esperé tus caricias, esperé tus sonrisas.
Esperé que llegara esa tarde en la que ambos conversaríamos y nos reíamos de lo absurdo que es el mundo.
Esperé por tus abrazos, por tus abundantes besos, por esas manos ya ásperas de tanto contacto.
Esperé en silencio, sin quejas, sin querella.
Esperé el día que tú me quisieras tanto como yo te he querido, porque
Oh, te he querido
Te he querido hoy, ayer y mañana
Te he querido en la adversidad y en la tregua
Te he querido como nunca nadie te había querido
Esperé como una tonta, esperé tu regreso incierto
Esperé en vano, tú jamás volverías.
Jamás.

Soledad de fines de Marzo

El deseo de quererte es aún más grande del cariño en realidad. No creo que seas indispensable para mí, pero, de algún modo, al no tenerte siento esa necesidad absurda de que me haces falta. Irónico, ¿no crees? Yo aquí escribiendo para tí, y tu allá con otra ni siquiera recordando mi nombre.